martes, 17 de agosto de 2010

Malicia

Lo sospeché desde un principio. Cuando miré atrás y me di cuenta que mis motivaciones para elegir el periodismo se resumían en ayudar a los otros, noté que no estaba en la misma sintonía que el resto. Me sucedió en una sala con 17 periodistas; discutían sobre el límite que no debe cruzar un periodista para no involucrarse con el entrevistado. Esto, porque suele pasar, que nos "encariñamos" demasiado con él o ella y le creemos todo. Tiene demasiada lógica el planteamiento, pero como ser humano, mis sentimientos -casi siempre- priman sobre la razón...y sé que hay ocasiones que debería ser lo contrario, lo sé.

Tuve que escribir una entrevista romanceada y las críticas de los demás apuntaban a que me dejé convencer por el personaje, que debí ser más escéptica y fría. No se trataba de un tema coyuntural, de política o de información que debes "saber extraer" del entrevistado, era un entrevista que buscaba el lado humano de alguien que sí tenía sus secretos y que al parecer no logré obtener. Creo que me los contó a medias, pero también creo que en ese momento no me importó. Fue mi error. Me di cuenta después de lo que había hecho y todas las opiniones con respecto a la entrevista apuntaban a que "no estaba mal" pero que le faltaba "malicia". Que horrible palabra y qué pena que ese sea el ingrediente que debo agregar a mi forma de hacer periodismo. "Desconfía de las personas, duda de todo"...yo sé, yo sé...pero a veces me harto de eso, a veces no me gusta pensar lo peor de todo. Me gustaría poder controlar mejor esa falencia.

2 comentarios:

Bernardo Huerta Ponce dijo...

¡¿Cómo te followeo?!

Isabela Ponce Ycaza dijo...

Benny! No lo sé, soy cavernícola en el blog, solo escribo no sé nada de feedbacks más que comentarios. Debe haber una opción de Follow.